
Sin mayor premeditación, alevosía o ventaja, bailé con cierto Cristiano (le digo cristiano, porque me consta que cree en Cristo). Como suele suceder, yo no planeaba conocerlo, mucho menos hablarle y cuanto menos menear el esqueleto. Es una costumbre barbárica, a mi parecer, eso de que los seres humanos nos movamos, como si nos está dando un ataque, acuso de "celebrar", cuando oímos música -si es que se le puede llamar música a algunos ritmos-.
Igual, yo también lo hago y me encanta!
Curiosamente, después de esa primera vez, aunque nos seguimos viendo, nunca mas tuvimos un encuentro musical. . . A él no le gusta bailar!!! -Y eso? . . . entonces, por qué se me acercó y sin nunca antes haber cruzado palabra, me sale con que si "Quiere bailar?" ??? - Por qué no me invitó a un aperitivo, o simplemente a platicar?. Por lucirse no fue, porque muy bien que digamos, no baila-.
En fin, yo no entiendo a los hombres. Eso no es novedad, ni secreto. Lo que sí es secreto, es que tenemos pendiente compartir muchos otros bailes. Y digo que es secreto porque él no lo sabe!